PSICOLOGIA - TRABAJO SOCIAL  
 
  01. La explicación en Psicología Social 04-05-2025 04:38 (UTC)
   
 
Universidad de San Carlos de Guatemala
Centro Universitario de Occidente
Carrera de Trabajo Social Rural
Psicología Social
Lic. Carlos Rafael Yllescas Mijangos
Documento 01
 
LA EXPLICACIÓN EN PSICOLOGÍA SOCIAL: ¿QUÉ ES LA PSICOLOGÍA SOCIAL?
¿Cuáles son los temas de estudio de la psicología social? ¿De qué se ocupa esta disciplina? El elevado número de procesos diferentes que aborda la psicología social, así como su creciente amplitud y complejidad, tienden a dificultar una visión clara sobre qué puntos son comunes a todos aquellos temas considerados como psicosociales (Morales y Moya, 2007). Ciertamente, la psicología social es una de las disciplinas más diversificadas dentro de las ciencias sociales, en cuanto a contenidos y asuntos estudiados.
En la práctica, si repasamos manuales, monografías, revistas o congresos que aparecen bajo el epígrafe de psicología social, podemos encontrar desde estudios que explican cómo la mente humana organiza la información y utiliza esquemas de conocimiento para interpretar la realidad, hasta otros que pueden tratar de las diferencias interculturales en la preferencia por un tipo u otro de liderazgo político; desde qué características de las personas son consideradas relevantes en la atracción interpersonal, hasta cuáles son los niveles de participación vecinal en un barrio; desde cómo las personas interpretan las conductas de sus semejantes, hasta cómo se organizan equipos de trabajo en una empresa. Tan vasto y diversificado espectro de conocimiento requiere prudencia a la hora de buscar definiciones exhaustivas. Aunque dedicaremos un capítulo a reflexionar sobre el concepto y objeto de la psicología social, presentaremos en éste una primera descripción acerca del campo de estudio de esta disciplina.
Turner (1999) explica que todos los seres humanos pertenecen a grupos, viven en ellos y, en muchas ocasiones, sienten, piensan y actúan como miembros de esos grupos y/o influidos por lo que ocurre dentro de ellos. El pensamiento, las emociones y las actuaciones de los humanos no pueden explicarse únicamente por factores individuales: Es necesario integrar en la explicación los factores que acontecen fuera de la misma persona, por ejemplo, en sus grupos.
La psicología social actual no se reduce sólo a una psicología del grupo, pero es obvio que la psicología del grupo forma parte de la psicología social y ha tenido un papel muy destacado dentro de ella desde sus inicios. Por ello, hemos acudido al grupo como concepto que nos permitirá aproximarnos a una explicación comprensible de qué es la psicología social.
El grupo remite siempre a la circunstancia supraindividual, por cuyo estudio, precisamente, fue fundada la psicología social. No obstante, el mismo concepto de grupo ya resulta de difícil delimitación. Como explica Besnard (1999), la palabra “grupo”, en las ciencias sociales, está casi vacía de significado si no va matizada por algún adjetivo o aparece dentro de un contexto preciso, pues, en la práctica, es un término aplicado a realidades distintas. Es necesario hacer constar aquí algo que nos acompañará, implícitamente, a lo largo de todo este trabajo, como es que el término “grupo” en psicología social ha sido usado para designar a dos realidades: El grupo interactivo y el grupo social. El primero se refiere a microsistemas sociales donde los individuos establecen relaciones mutuas de manera directa, tales como grupos de trabajo, grupos informales, familias, redes relacionales,… El segundo se refiere a categorías sociales amplias formadas por individuos que comparten una misma característica socialmente relevante, tales como grupos culturales, étnicos, de género, profesionales, demográficos, de procedencia geográfica,… Muchos de los conceptos investigados son aplicables a ambas realidades, aunque no siempre será así. La investigación sobre el grupo interactivo se ha referido a tópicos como liderazgo grupal, productividad, relaciones informales, comunicación, influencia interpersonal, socialización familiar,… En el caso del grupo social, la investigación se ha dirigido a temas como relaciones intergrupales, conflicto y cooperación, prejuicios, estereotipos sociales, identidad social, categorización perceptiva, representaciones sociales,…
Delimitado el ámbito de aplicación práctica del término “grupo”, no con ello quedaría resuelto el problema de qué es la psicología social, pues, esta disciplina no siempre utilizará al grupo como unidad de análisis explícita, aunque el significado del mismo siempre se encontrará latente. Para entender más ampliamente cuál es el campo de estudio de la psicología social, utilizaremos la diferenciación en dominios de análisis propuesta por Sapsford (1998). Este autor propone cuatro dominios en los que actúa la explicación psicosocial: El intrapersonal, el interpersonal, el grupal y el societal. Cada uno de estos dominios tendría su objeto propio, pero manteniendo entre ellos una relación de complementariedad. Veremos esta propuesta en los siguientes párrafos:
 
− Dominio intrapersonal. Trata del estudio de la cognición social, la percepción interpersonal, las actitudes, la formación del self, la interpretación de las conductas ajenas a través de procesos de atribución causal y, en general, trata de los procesos intrapsíquicos en su dimensión social y relacional.
− Dominio interpersonal. Hace referencia al estudio de los procesos de interacción social, incluyendo tópicos como la comunicación, la conducta prosocial, la conducta agresiva, la cooperación, el conflicto  interpersonal o la atracción interpersonal, pero focalizando sobre las personas, más como individuos que como miembros de grupos.
− Dominio grupal. Se refiere al estudio de los procesos intragrupales en grupos interactivos, organizaciones  formales o redes relacionales. Incluye el estudio de aquellos procesos que acontecen enmarcados por esas entidades y dotados de significado por la misma existencia de ellas.
− Dominio societal. Incluye las relaciones sociales no entendidas como relaciones entre personas individuales, sino entre categorías y grupos sociales, así como los comportamientos colectivos y las relaciones que el individuo establece con la cultura, las instituciones sociales, la estructura social y la organización política.
De la propuesta de Sapsford (1998) puede derivarse que el campo de actuación teórica de la psicología social comprende el conocimiento acerca de cómo piensa el individuo sobre su entorno, cómo se relaciona con otros individuos y cómo es influido su comportamiento, su pensamiento y sus emociones por su entorno microsocial y macrosocial.
Posturas similares son mantenidas por otros autores. Baron y Graziano (1991) proponen que el campo de estudio de la psicología social puede representarse mediante tres áreas concéntricas: La de los procesos intraindividuales, la de las relaciones interpersonales y la de los procesos grupales. Por su parte, Morales y Moya (2007) hablan de las diferentes naturalezas de los procesos que han estudiado los psicólogos sociales y diferencian entre los procesos de naturaleza individual, los de naturaleza grupal y los de naturaleza macrosocial.
 
Otras propuestas se basan en la diferenciación de niveles de conocimiento jerarquizados y acumulativos desde lo individual a lo social, de manera que el conocimiento de cada nivel incluye a los anteriores. Esta modalidad jerarquizada de los contenidos psicosociales aparece en las formulaciones de Doise (1982) y de Tesser (1995). Doise propone que el conocimiento psicosocial avanza en cuatro niveles: La explicación intraindividual, la explicación interindividual e intragupal, la explicación posicional −referida a lo que tiene que ver con las pertenencias categoriales de las personas− y la explicación ideológica −acerca de la influencia de los sistemas macrosociales sobre los individuos−. En el mismo sentido, Tesser propone tres niveles acumulativos y jerarquizados: Intrapersonal, interpersonal y colectivo.
De la propuesta de Doise (1982) es muy  relevante su apreciación sobre cuáles son los niveles de análisis utilizados comúnmente por la tradición psicosocial estadounidense −más individualista− y por la tradición psicosocial europea −más sociologista−. Los niveles intraindividual  e interindividual se corresponderían con la primera, mientras que los que Doise denomina posicional e ideológico lo hacen con la segunda.
Lo que hasta aquí ha sido mencionado sugiere un efecto de lo social y lo grupal sobre el individuo. Pero no hay que olvidar que la sociedad y los grupos están constituidos por actuaciones interactivas de individuos. Como sugiere Collins (2004), en rigor una “sociedad”, una “cultura”, un “sistema político” o “una clase social” son conjuntos de personas actuando en común en determinado tipo de situaciones. Por consiguiente, tanto por cuestiones teóricas como, sobre todo, metodológicas, el análisis de los sistemas sociales se verá favorecido por la consideración de sus elementos psicológicos constitutivos. Ahora bien, esto no quiere decir que el significado de los sistemas sociales pueda reducirse sólo a factores psicológicos; al contrario, como señalan Blanco, Caballero y De la Corte (2005) las agrupaciones humanas son realidades cualitativamente diferentes a la simple yuxtaposición de mentes individuales.
Es decir, la sociedad no es un simple sumatorio de mentes individuales, sino el resultado de interacciones complejas entre ellas y dotadas de significado simbólico. Es ahí, justamente, donde encontrará vigencia la explicación psicosocial, en la mutua complicidad entre lo psicológico y los productos de la interacción, pero sin reducir el factor supraindividual a una simple yuxtaposición mecánica  de individuos, ni olvidar que la misma sociedad es constitutiva de la mente y la conducta humanas.
Al respecto de lo anterior, George Herbert Mead, padre intelectual de la orientación teórica del interaccionismo simbólico, fue contundente en su posicionamiento al afirmar que “la sociedad y el hombre son lo mismo” (Mead, 1934/1993). También en las primeras décadas del siglo XX, Charles Ellwood dejó clara una postura diametralmente psicosocial: La conducta individual procede de la cultura del grupo, pero la cultura viene, en último término, de las mentes de las personas (Ellwood, 1913/2008). Coincidente con esta tradición intelectual, Ibáñez (2003) argumenta que la relación entre la psique y la sociedad va más allá de dos realidades vinculadas entre sí por meras relaciones de influencia recíproca, pues ambas constituyen “un todo inextricablemente entrelazado”; la dimensión social no corre paralelamente a la dimensión psicológica, sino que es constitutiva de ésta. La sociedad, según Ibáñez, no está fuera del individuo esperando que éste se adapte a ella, sino que la sociedad son los individuos y, además, está dentro de cada uno de ellos. Ibáñez pone el énfasis en el lenguaje, a través de cuya adquisición lo que es social se hace directamente presente en el desarrollo de los procesos psicológicos, desde el primer momento de la vida de las personas.
La psicología social, pues, alcanza sentido y encuentra su fundamento en el terreno ocupado por la intersección entre el estudio de lo psicológico y el de lo social (Ibáñez, 2003; Rodrigues, Assmar y Jablonski, 2006). Esta intersección metodológica representa las complejas conexiones entre la persona y la sociedad, que son, desde luego, connaturales a la misma idiosincrasia de ambas. En el terreno de estas conexiones es donde autores como Stangor y Jost (1997) hallan la característica más definitoria de la psicología social. Dichos autores proponen que la persona, sus grupos y el sistema macrosocial que los envuelve conforman un entramado de relaciones complejas que, precisamente, constituye el campo de estudio de la disciplina. En la aproximación de Stangor y Jost se distinguen nueve interconexiones posibles entre persona, grupo y sociedad, que representan el terreno de análisis de la psicología social:
 
− Interconexión individual-individual: Los efectos que los individuos tienen sobre otros individuos y los efectos de un individuo sobre su propia psique cuando organiza su conocimiento de la realidad.
− Interconexión individual-grupal: Los efectos que los individuos tienen sobre un grupo.
− Interconexión individual-macrosocial: Los efectos de las conductas individuales en la conformación del sistema sociocultural.
− Interconexión grupal-individual: Los efectos del grupo sobre sus integrantes individuales.
− Interconexión grupal-grupal: Los efectos que un grupo tiene sobre otros grupos y los efectos de un grupo sobre sí mismo para mantener o modificar su identidad grupal.
− Interconexión grupal-macrosocial: Los efectos que los grupos tienen sobre el sistema macrosocial.
− Interconexión macrosocial-individual: Los efectos que el sistema macrosocial tiene sobre los individuos.
− Interconexión macrosocial-grupal: Los efectos que el sistema sociocultural tiene sobre los grupos.
− Interconexión macrosocial-macrosocial: Los efectos que un sistema sociocultural tiene sobre otro o sobre él mismo para mantener o modificar sus valores.
Stangor y Jost (1997) advierten que la primera de estas interconexiones −de lo individual a lo individual− se ha convertido en la más estudiada dentro de la disciplina. A este sesgo individualista en la psicología social institucionalizada nos referiremos en el siguiente apartado.
Finalizaremos esta introducción afirmando con Ovejero (1997) que la psicología social se ocupa de un ser que, más allá de lo biológico y lo psicológico, es también un ser social o, lo que es lo mismo, un ser histórico, cultural, colectivo y simbólico. De tal forma que uno de los principales factores constitutivos de la naturaleza de ese ser es la relación con sus semejantes dentro de un contexto compartido de significados simbólicos que, a su vez, son producto de la historia de ese contexto. 11
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
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